domingo, 3 de febrero de 2008

Cómo es el P.P.

La verdad es que ante la indecencia del P.P. no puedo por menos que trasladaros algunos pensamiento sobre los que llevo reflexionando los úñltimos días sobre cómo agita a las masas con fines bastardos y cómo reacciona cuando la justicia le da la espalda, lo que porcierto sucede con mucha frecuencia.

Voy a limitarme a exponeros tres casos, no lejanos en el tiempo, que tienen como denominador común lo dicho la agitación de las masas y la respuesta del P.P. ante el fiasco que para ellos suponen las sentencias.

Caso Papeles de Salamanca.
Manifestaciones por las calles de Salamanca con el P.P. convocante y al frente de las mismas. La señora Aguirre, Dª Esperanza, compartía la primera fila como ha hecho en Navrra y cada vez que tiene ocasión no de adherirse al motivo de la convocatoria sino de atacar al Gobierno de la Nación en cuanto le es posible.
Cuando el Tribunal Supremo calificó la medida de ajustada a Derecho nadie del P.P. dio la cara, sólo la callada por respuesta.

Caso Bono.
Cuando, en primera instancia, los policías que detuvieron a los agresores del entonces ministro fueron condenados, la Sra. Aguirre, otra vez esta señora, organizó un patético número en la Asamblea de Madrid en la que los miembros del P.P., levantando sus manos, exhibían unas esposas de plástico, seguramente compradas en un todo a 100, para intentar aparentar la falta de libertad propiciada por el Gobierno. En un delirio total de los "peperos de Madrid", se llegó a comparar las prácticas de la Policía con las de la Gestapo. Como consecuencia de esta sentencia, el entonces delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, en asunción de su responsabilidad política y a pesar de la injusto de la sentencia, presentó su dimisión irrevocable. Es decir, igualito que hace el
P.P. cuando es uno de sus miembros el que está implicado en cualquier caso turbio, y los hay abundantes.
Cuando en julio de 2.007 la sentencia fue revocada por el Supremo, y absueltos de toda culpa los policías condenados en un principio, ni una sola voz del P.P. asumió su responsabilidad e indecencia en el caso. Como mucho, y como suelen hacer, alguno dijo que acataban la decisión de la Justicia.

Caso Severo Ochoa:
Después de hacerse eco de una denuncia anónima, vejar y hundir en la miseria el honor y prestigio de profesionales de la Medicina, cuando la sentencia les es desfavorable, una vez más y van …, no sólo no entonan el mea culpa, sino que el niño pijo, Juan José Güemes, conculca el estado de derecho y dice que no se ha demostrado que no hubiera sedaciones irregulares. Resulta que los que citaban a la Gestapo, ahora pretenden que el acusando tenga que demostrar que no ha delinquido. No hay duda de que han perdido la rezón y de que, ante la evidencia de sus indecencias indefendibles, se revuelven como perros rabiosos.
Consecuencia más grave del caso: Miles de personas, difícil de evaluar cuántas, han tenido que morir en estos tres años sujetos a la tortura que supone los insoportables dolores propios de estas enfermedades, al tener miedo los facultativos de sedarles en las debidas condiciones.
En cualquier caso y para que conozcáis la catadura moral de este Sr. Güemes, consultad la página web:
http://hebdomario.typepad.com/confidencial_7d/2005/03/al_yerno_de_car.html


Está claro, estos del P.P. ni tienen vergüenza ni la han conocido nunca.

Veremos en qué termina el caso guateque del Ayuntamiento de Madrid, pero me permito una pregunta: ¿Como habría actuado el P.P. y su prensa afín si hubiera sido el PSOE el que hubiera estado gobernando el Ayuntamiento?

Está claro de de cara al 9 de marzo hay quemovilizar a toda la izquierda, perezosa ella, para que no falte ni un voto, salvo que queramos volver a una dictadura del P.P.

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